
El divorcio puede ser una situación complicada para cualquier pareja, especialmente cuando hay que involucrar a terceros. Uno de los problemas con los que luchan muchas ex parejas divorciadas tienen relación con la hipoteca. Si usted está en pleno proceso de divorcio y no sabe qué hacer con su hipoteca, aquí hay algunos escenarios posibles y cómo puede manejar los problemas financieros.
Lo más común es que uno de los dos cónyuges decida permanecer en la casa y continuar pagando la hipoteca. En ese caso, el otro socio generalmente se verá obligado a abandonar el inmueble, también debe de decidir si quiere seguir contribuyendo financieramente al pago de la hipoteca. Esto es decisión de ambas partes.
Otro escenario común es que ambos cónyuges decidan subastar la vivienda y dividir el dinero entre ellos. Si no consiguen un comprador para la vivienda, entonces tendrán que pagar ellos mismos la hipoteca hasta encontrar un comprador. Esta situación normalmente resulta en una gran cantidad de desacuerdos entre los ex cónyuges, por eso es recomendable buscar ayuda legal para determinar cuál de los dos tiene más responsabilidades frente a la hipoteca.
Un tercer escenario posible es que uno de los dos ex cónyuges opte por quedarse con la vivienda y absorber el pago de la hipoteca únicamente. En este caso, el otro socio recibirá el monto total del préstamo menos los pagos realizados hasta la fecha y el valor actual del inmueble.
Esperamos que esta información le ayude a tomar decisiones racionales en lo relativo a su hipoteca durante el proceso de divorcio. Sea cual sea el escenario con el que consiga lidiar mejor sus preocupaciones financieras, recuerde buscar ayuda legal para evitar problemas en el futuro.
El divorcio trae consigo multitud de problemas, entre ellos la hipoteca sobre la vivienda de la pareja. Si los dos miembros tenían contratada una hipoteca, los dos seguirán siendo responsables de dicha deuda a menos que la decisión judicial sea otra.
En este contexto, hay diferentes escenarios posibles en los que podría desarrollarse el tema de la hipoteca.
Por un lado, uno de los dos cónyuges podría seguir abonando el pago mensual de la hipoteca tras el divorcio. Esta situación es habitual cuando el cónyuge solicitante del divorcio no posee ningún tipo de ingresos para hacer frente a esta necesidad. En este caso, el cónyuge que sigue pagando tendrá derecho a reclamar compensación económica a su ex cónyuge por el pago de la hipoteca. No obstante, no está garantizado que el tribunal así lo decida y por tanto una parte puede quedar perjudicada en lo económico.
También es posible que una vez finalizada la vida en común, la solución mas adecuada sea vender el inmueble para liquidar el préstamo hipotecario. En esta situación, las ganancias obtenidas se dividen según lo establecido en sentencia en caso de divorcio y así, ambos miembros quedan liberados de toda responsabilidad financiera. Aquí es importante tener claro cual será el destino del dinero obtenido por negociaciones previas: ¿se guardará para comprar nuevamente una vivienda? ¿se destinará a inversiones?
En cualquier caso, se recomienda contratar un buen abogado que sea versado en la materia, pues estamos hablando de situaciones complejas y distintas, donde se juntan emociones y problemas económicos, agravados si tenemos hijos menores o discapacitados. La tranquilidad emocional y financiera es primordial a la hora de tomar decisiones al respecto.